Queridos Amigos: hoy inicio esta aventura de un blog, me parece interesante compartir con ustedes mis gustos y mis aficiones así como la pasión por la historia que me mueve el corazón desde pequeña. hoy les platicare un poco sobre uno de mis conventos favoritos del centro histórico, el convento de Santa Inés.
DETALLE DEL PORTON PRINCIPAL
1600 fue el año en que se aprobó la licencia para la institución del
convento de Santa Inés en la Plaza del Amor de Dios. Se pidieron
hermanas para la fundación al convento de La Concepción. La historiadora
Josefina Muriel, consignó que fueron tres monjas profesas: Catalina de
Santa Inés, María de San Juan, Inés de San Nicolás y una novicia de la
cual se desconoce nombre, quienes ingresaron en primer lugar.
ESTAMPA DE SANTA INES
Las inesianas tomaron el hábito de La Concepción y la regla
del convento exigía la oración como su voto más importante. Según la
voluntad de los fundadores, las jóvenes que ingresaban debían ser
doncellas pobres, sin dote y españolas huérfanas, junto con ello
ofrecerían una hora diaria de oración por las almas de Doña Inés de
Velasco y Diego Caballero. El tan esperado día llegó y el 17 de
septiembre de 1600 se fundó el convento de Santa Inés y Santiago en la
Ciudad de México.
El Convento que apreciamos hoy día ha sufrido percances y numerosas
restauraciones. Su factura inicial se debe al famoso arquitecto Alonso
Martínez López quien realizó trabajos en la Catedral de Puebla y se
encargó también de la Iglesia de Santa Inés. Esta última albergaba un
altar dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe y en ella se veneraba a las
vírgenes de Loreto y del Socorro.
Se dice que hubo una época en la cual Santa Inés era famoso por su producción de velas que eran bendecidas el día del Señor San José. La
comunidad contaba con valiosas reliquias de Santa Francisca Romana, de
Santa Victoria mártir y, felizmente, de la propia Santa Inés. Siguiendo
la investigación de Josefina Muriel encontramos que la iglesia albergaba
dos importantes cofradías: la del Santo Nombre de Jesús y la de Nuestra
Señora de la Luz.
A pesar de tener tantos dones, el edificio sufrió el terrible embate
de la devastadora inundación de 1629 que aquejó a la ciudad.
Posteriormente, un incendio en 1693 lo deterioró aún más. La reparación
fue parcial pero incluyó la ornamentación con lienzos del pincel de José
de Ibarra y, para el siglo XVII Santa Inés contaba con una hermosa
iglesia y con tres claustros de dos pisos cada uno, que incluían la
biblioteca.
Santa Inés jugó un importante papel en el pulso de la vida cotidiana
de la Nueva España. Dos de los pintores más importantes del arte
virreinal descansaron en su templo: José de Ibarra en 1751 y Miguel
Cabrera en 1763.
En 1861 el convento fue secularizado; las monjas exclaustradas; el
inmueble dispuesto para los servicios religiosos y luego casi
abandonado. En 1932 fue declarado monumento histórico, para luego
convertirse en vecindad. Actualmente, en su edificio se halla el Museo
José Luis Cuevas, y en él puede apreciarse la obra pictórica y
escultórica de este prolífico autor.
cuando estes en el centro, visitando la bella calle de Moneda, a un lado del palacio nacional, no dejes de visitar este inmueble que nos habla de la grandeza perdida de la Nueva España y de los tesoros que aún conservamos y nos es posible disfrutar.
FUENTE: La ciudad de los palacios, crónica de un patrimonio perdido
Guillermo Tovar y de Teresa
espejo de obsidiana ediciones
tomo II pagina 97
>Historia sumaria de la ciudad de México
editorial cultura México 1925
FOTOGRAFIAS INTERNET
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