lunes, 28 de octubre de 2013

LA CALLE DEL INDIO TRISTE


EL INDIO TRISTE 





En relación a esta escultura efectivamente tiene mucho que ver con la calle que llevó el mismo nombre (ahora 1ª y 2ª del Correo Mayor y 1ª del Carmen), el nombre tiene origen en una antigua leyenda de tradición oral que finalmente fue publicada en 1840 por el Conde de la Cortina y en la cual, a grandes rasgos, se cuenta la historia de un indio cacique de los primeros años de la colonia que fue favorecido por la Real Audiencia y gozaba de grandes privilegios, y aquí cito al Conde de la Cortina:
"...era dueño de sementeras fuera de la ciudad, de aves y ganados de las especies que en el país había, no faltándole nada en su bien dotada residencia, incluso una buena cantidad de concubinas para solazarse y abundantes bebidas fermentadas con que se embriagaba de continuo, siendo el pulque combinado con hierbas excitantes y con frutas jugosas lo que prefería."
Esta era una práctica común en los primeros años de la conquista, pero el respetar el estatus de estos naturales tenía un costo y era el que ellos se convertían en informantes de las autoridades españolas con relación a supuestas actividades subversivas de los suyos. Al descuidar su misión, éste fue denunciado a su vez por otro índigena espía por lo cual, en castigo, le fueron confiscados todos sus bienes. Venido a menos, se dio a implorar la caridad pública sentado en cuclillas (a la usanza de los antiguos mexicas) a las afueras de lo que fuera su casa en la esquina de las actuales Guatemala y Correo Mayor. Nuevamente cito:

"Y cuéntase que algunos le acorrían, pero otros, indignados, le escupían y le humillaban al pasar por aquella esquina, donde siempre estaba como atornillado en el suelo, en cuclillas, inmóvil, con los brazos cruzados, flaco, enfermo, desolado, acabando la gente por llamarle el indio triste.
Y lo era el desdichado, que de eso murió allí de tristeza y de abandono, de hambre y de indiferencia, sepultándosele en el cementerio de la iglesia de Santiago Tlaltelolco."

Se cuenta que, como escarmiento para los demás naturales, el virrey mandó labrar una estatua con la figura de aquel "indio triste" la cual mandó colocar en el lugar mismo donde murió el infortunado.

Ya en un terreno más histórico tenemos que la escultura pasó de aquel cruce a la Academia de Bellas Artes donde la vió el capitan Dupaix en 1794 y después al Museo Nacional en el Salón de Monolitos que es lo que vemos en la fotografía de anticuario. La versión de algunos historiadores dice que la escultura proviene del Palacio de Axayácatl donde servía de porta estandartes o del Templo de Huitzilopochtli donde tuvo la misma función, esta última versión la refuerza una lámina del Códice Durán (Historia de Las Indias de La Nueva España).

En realidad desconozco si esta escultura que se ve en la foto se encuentre en el Museo de Antropología que sería lo más lógico ya que para ese lugar se paso todo el acervo del Museo Nacional, lo que sí sé es que en el Museo del Templo Mayor existe una de similares características aunque sin ser la misma que se encontró en el sitio y refuerza la tesis de que eran portaestandartes del Templo de Huitzilopochtli.

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